Amuletos y Talismanes: El Hei-Tiki

El nombre de este curioso amuleto maoría está formado por dos palabras que significan literalmente colgate-forma humana, pues en efecto, se trata de una forma antropomórfica destinada a servir de colgante, que se realizaba con nefrita, una piedra verde oscuro.

La figura en cuestión representa un cuerpo humano con manos de tres dedos fuertemente apretadas contra los muslos, grandes ojos y una enorme cabeza inclinada hacia un lado, lo que seguramente fue el motivo por el que muchos llegaron a conocer ese amuleto como "el ser humano pensante".

Según la cultura polinesia, el Hei-Tiki fue el padre de la humanidad, y los primeros maoríes de Nueva Zelanda acabaron tallando su figura en una piedra que se convirtió en un preciado amuleto, muy usado sobre todo por mujeres, que lo llevaban colgado del cuello.

Con el tiempo esta figura en piedra pulida llegó a ser un objeto muy valioso para las familias maoríes que lo poseía, convirtiéndose en una reliquia familiar que fue pasando de padres a hijos. Los Hei-tiki tenían un nombre original y único por el que eran reconocidos por los miembros de la familia. Así, el poder de estos amuletos se invocaba cantando con fuerza sus nombres cuando se requería su protección, o bien se podía buscar consuelo llorando sobre ellos cuando la familia era sacudida por una desgracia.

Según contaba la leyenda, los primeros artesanos de Hei-Tiki habían sido los más antiguos antepasados de los maoríes, y esta creencia fue la que dotó de un gran valor espiritual a estos amuletos y los convirtió en protectores e la salud de los miembros de la familia maorí, a los que asimismo salvaguardaba de cualquier tipo de adversidad que pudiera acecharles.

Este amuleto, terminó por estar claramente relacionado con el nacimiento y la fertilidad. Según la leyenda, las mujeres se lo ponían en el momento justo del parto para que las protegiera de los malos espíritus de los niños nacidos muertos, que rondaban envidiosos por no haber podido llegar a ser hombres fuertes o mujeres bellas en la tribu maorí. Por su relación con el nacimiento, se recomienda para mujeres embarazadas o para ponerlo en la habitación de los niños.

Hoy en día se lo sigue considerando un amuleto de fertilidad, pero también se le conceden poderes para potenciar la comunicación espiritual y el valor para llegar a conseguir los deseos. Así pues, las personas que los llevan colgados o bien los depositan en algún lugar especial de su casa. 

T.Sa