"Oh Divina Luz que estas en los tres mundos y en el Sol. A Ti te invoco para que despiertes y fortalezcas mi inteligencia y todas mis destrezas."
"Pueda la suprema Luz que brilla en los tres mundos iluminar nuestro intelecto por completo, y dirigir los rayos de nuestra inteligencia por el sendero de la virtud".
Su poder es infinito y apela directamente a la iluminacion o inteligencia y claridad suficiente para discernir y descubrir la Gran Verdad
Significa: "Om y saludos a aquella que es bella para quien busca la verdad y que es terrible para quien dañe a los devotos de la verdad".
Durga representa la naturaleza impenetrable.
Durga es la fortaleza y la principal protectora.
Mientras meditamos podemos pedir sobre nuestra protección o por otras personas, o por todo aquello que despierte en nosotras una amor incondicional. Me gustaría insistir en el hecho de que no son las palabras las que crean algo, si no lo que nos hacen hacer, con nuestra energía vital mientras estamos en contacto con ella en la meditación para algunas de nosotras, mientras que otras personas tienen el poder de estar en contacto con esa energía todo el tiempo, mientras viven. Yo no tengo esa suerte, pero sin embargo, siempre me he sentido protegida, puede que alguien cercano para mí haya estado conectando con su energía vital para protegerme, o simplemente he llegado aquí porque es lo que debía pasar. Sea como sea, creo sinceramente que esta meditación ayudará a la protección de ciertas personas por las que estoy sufriendo, y quiero que no tengan ningún accidente ni percance. Así que, Om dum dugaryei namaha, om dun dugaryei namahaaa
A mi me gusta dibujar este mantra, porque mi mente tiende a hacerlo, estoy interesada en la sanación de las muchas dolencias que tienen algunas personas cercanas a mí, dolencias sobre todo físicas. Y cuando recito este mantra veo al sol brillante, la luna creciente, el planeta tierra y finalmente una espiral que lo va envolviendo todo y así sucesivamente. Mientras estas imágenes suceden, en el centro aparece la persona que quiero que sane, y qué quiero que sane, aunque este último hecho queda difuso, porque se sobre entiende que sanar es equilibrar a una persona, y no debes pensar en qué sanarle o qué no, si no en que su cuerpo y mente encuentren el equilibrio y el buen funcionamiento, para que esta persona no sufra dolores. Es importante que, se desee la sanación y no el final del sufrimiento o el dolor. No pedir que se elimine el sufrimiento ni el dolor. Sólo la sanación y el equilibrio tuyo o de otra persona.
El mantra "AUM MANI PADME HUM", vocalizado 10 minutos diarios, ayuda a conseguir la perfección en la práctica de la tolerancia, paciencia y perseverancia. Muy útil para conseguir la concentración. Te ayuda a conseguir la tranquilidad deseada. Y aleja a la ansiedad.
Mi mente creó en determinado momento una isla. Una isla en donde solamente estoy yo. Es bonita, y carece de peligros para mí, pero debo reconocer que a veces es difícil recrearla toda mentalmente, debido a que tengo una mente limitada. Paseo con ella con regularidad, y a veces hay personajes en ella que no soy yo, pero siempre con mi supervisión. También vienen a verme personajes para enseñarme alguna lección moral, espiritual o de cualquier otro tipo, pero siempre con el objetivo de mejorar mi estado mental y conseguir una armonía en mi estado, y que me encuentre a gusto en mi isla.
Mi isla se vuelve, por tanto, en mi refugio espiritual, que no está nada más que dentro de mi mente.
Los mantras en la meditación a veces son indispensables para algunas personas, como yo. Porque te ayudan a focalizar y eliminar esos pensamientos residuales, que solemos dejar medrar en nuestra mente.
Los mantras funcionan cuando los utilizas para algún sentido de tu alma y para purificar tus pensamientos. En el mundo físico no hacen nada directamente, pero ayudan a actuar desde dentro; alma, mente y luego mejoran el cuerpo y las relación de éste con su entorno. Esto es importante, debido a que la mayoría de personas, incluida yo, hemos llegado a interesarnos por la meditación y los mantras debido a que algo en nuestro exterior no iba bien o en nuestro cuerpo, por depresión u otro tipo de dolencias físicas o psíquicas. Por una mala experiencia, a veces traumatica. Y a raíz de buscar una solución hemos ido a parar a estos estudios. Básicamente el estudio de la persona por la persona.
Llegados a este punto, debemos sentirnos dichosos de estar en este nivel. Muchas otras personas no llegaran nunca, por el simple hecho de sentirse a gusto con sus vidas, o por no buscar la felicidad en el sitio correcto que es dentro de nosotros mismos.
Antes de continuar, quería decir que, ha habido un cambio en este blog, porque ahora escribiré yo, Anies, hasta nuevo aviso, ya que como digo, la meditación cambia a las personas, y los administradores originales tienen otras cosas que hacer, de momento, como mejorarse así mismos.
Trataré de escribir mis post con la mayor independencia posible, con esto quiero decir, sin mucho copy-paste, aunque a veces es inevitable para trasladar cierta información.
Los mantras para mí
Los mantras para mí, son indispensables, no tengo ningún maestro que me recomiende nada, al menos un maestro físicos, no porque no lo quiera, si no porque no lo he encontrado. Los mantras que utilizo son de diferentes religiones, y solo busco, la mayoría de veces, entender que es lo que estoy repitiendo y si el mantra en sí, resuena conmigo. Esto es, que no me altere y que no me haga dormir.
Mi primer mantra, fue OM NAMAH SHIVAYA, literalmente significa me inclino ante Shiva.
Es una invocación, una formula Divina que nos invita a interiorizarnos, más allá de nuestra limitaciones mentales, más allá del ego, para reencontrarnos con nuestra propia Divinidad, con nuestro Ser Interior
El nombre de este curioso amuleto maoría está formado por dos palabras que significan literalmente colgate-forma humana, pues en efecto, se trata de una forma antropomórfica destinada a servir de colgante, que se realizaba con nefrita, una piedra verde oscuro.
La figura en cuestión representa un cuerpo humano con manos de tres dedos fuertemente apretadas contra los muslos, grandes ojos y una enorme cabeza inclinada hacia un lado, lo que seguramente fue el motivo por el que muchos llegaron a conocer ese amuleto como "el ser humano pensante".
Según la cultura polinesia, el Hei-Tiki fue el padre de la humanidad, y los primeros maoríes de Nueva Zelanda acabaron tallando su figura en una piedra que se convirtió en un preciado amuleto, muy usado sobre todo por mujeres, que lo llevaban colgado del cuello.
Con el tiempo esta figura en piedra pulida llegó a ser un objeto muy valioso para las familias maoríes que lo poseía, convirtiéndose en una reliquia familiar que fue pasando de padres a hijos. Los Hei-tiki tenían un nombre original y único por el que eran reconocidos por los miembros de la familia. Así, el poder de estos amuletos se invocaba cantando con fuerza sus nombres cuando se requería su protección, o bien se podía buscar consuelo llorando sobre ellos cuando la familia era sacudida por una desgracia.
Según contaba la leyenda, los primeros artesanos de Hei-Tiki habían sido los más antiguos antepasados de los maoríes, y esta creencia fue la que dotó de un gran valor espiritual a estos amuletos y los convirtió en protectores e la salud de los miembros de la familia maorí, a los que asimismo salvaguardaba de cualquier tipo de adversidad que pudiera acecharles.
Este amuleto, terminó por estar claramente relacionado con el nacimiento y la fertilidad. Según la leyenda, las mujeres se lo ponían en el momento justo del parto para que las protegiera de los malos espíritus de los niños nacidos muertos, que rondaban envidiosos por no haber podido llegar a ser hombres fuertes o mujeres bellas en la tribu maorí. Por su relación con el nacimiento, se recomienda para mujeres embarazadas o para ponerlo en la habitación de los niños.
Hoy en día se lo sigue considerando un amuleto de fertilidad, pero también se le conceden poderes para potenciar la comunicación espiritual y el valor para llegar a conseguir los deseos. Así pues, las personas que los llevan colgados o bien los depositan en algún lugar especial de su casa.
