Amuletos y talismanes: El búho y la lechuza

Inauguro los posts de amuletos y talismanes.

El que más o el que menos, siempre lleva un símbolo, amuleto o talismán, que significa algo personal. Ya puede ser un objeto o gema mística o simplemente una marca de ropa o de otro tipo de cosa. Parece necesario para los seres humanos poseer algo que nos "revalorice", o al menos que nuestra mente lo perciba. Allá va uno de mis favoritos; Hoy os hablo de el búho y la lechuza:

BUHO Y LECHUZA

QUE SIMBOLIZA Y PARA QUE SE UTILIZA

Los amuletos con forma de búho o lechuza, por lo general, aparecen representados con una enorme cabeza a menudo tan grande como su cuerpo, en la que también los ojos son enormes. Los ojos son, pues, símbolo de la inteligencia, pues el acto de ver y observar, tiene correspondencia simbólica con la acción de la luz espiritual y representa, en consecuencia, la comprensión. Por eso el amuleto, se dice, que otorga o resalta la capacidad de penetrar en la realidad y conocer la verdad; en definitiva, su sabiduría. Por eso son un talismán valioso cuando estamos pasando por alguna prueba de tipo intelectual o de investigación.

Mi amuleto:

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UN POCO DE HISTORIA

Búhos y lechuzas tienen una larga historia como símbolos sagrados. Figuran entre los vertebrados más antiguos conocidos (se han encontrado fósiles de 60 millones de años) y su relación con el hombre viene también de antiguo: los búhos son de las pocas aves que aparecen en pinturas rupestres.

En la Grecia clásica, la lechuza era uno de los símbolos, junto con el olivo y la luna creciente, de Atenea, la diosa hija de Zeus que se relacionaba con la acción benefactora de la sabiduría y de la inteligencia. Y la lechuza figuraba también en una de las caras del tetradracma, por lo que el pueblo acabó llamando a dicha moneda "la lechuza".

En muchas culturas, el viejo y sabio búho ha tenido una vinculación estrecha con todo lo que se halla iluminado por el conocimiento. Es para ellas un ave positiva. En Babilonia se usaban amuletos en forma de lechuza para proteger a la mujer durante el parto, y los aborígenes australianos creen que, así como el murciélago representa el alma del hombre, la lechuza hace lo propio con el alma de la mujer: la lechuza es, de nuevo, un animal sagrado. En Japón, los ainu veían en los búhos a mensajeros de los dioses y brindaban por ellos antes de la caza; creían también que el grito de la lechuza advertía del peligro.

Sin embargo, algunos pueblos han revestido a estos animales con significados negativos. En la antigua Roma, búhos y lechuzas eran criaturas, cuyo vuelo solía traer malos presagios: se decía que el grito de la lechuza anunció las muertes de César, Augusto y Agripa. En la batalla, el vuelo podía ser sinónimo de derrota.

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